El archipiélago de Chiloé, la posesión más austral del imperio español en América, conformó durante el período colonial una sociedad de características muy particulares, marcadas por el aislamiento, la pobreza y el marcado sincretismo cultural.
Fundación
Descubierto en 1553 por el marino Francisco de Ulloa, fue conquistado por Martín Ruiz de Gamboa recién en 1567. Durante los años que siguieron a la conquista, Chiloé sufrió una constante sangría demográfica, producto del tráfico ilegal de indios encomendados hacia los lavaderos de oro de Chile central. Esta situación sólo se contuvo con la gran rebelión mapuche de 1598-1602, la que conllevó la destrucción de todos los asentamientos españoles al sur del río Bío-Bío. Por ese tiempo, llegó a la isla un contingente de españoles e indios amigos que huían de las devastadas ciudades de Osorno y Villarrica, y que se instalaron en la ribera norte del canal de Chacao, fundando los fuertes de Calbuco y Carelmapu. Asimismo, en 1608 llegaron los primeros jesuitas a Chiloé, cuya labor evangelizadora duraría más de 150 años y dejaría una profunda huella en la población del archipiélago. A partir de entonces, la sociedad chilota se fue consolidando paulatinamente, aun cuando tendría que hacer frente a nuevas amenazas, como la de los corsarios holandeses, Baltasar de Cordes (1600) y Enrique Brouwer (1643).
A mediados del siglo XVII la economía del archipiélago sufrió una gran transformación producto del auge del comercio de tablas de alerce hacia el Perú, lo que redundó en un progresivo aumento del trabajo exigido a la población indígena encomendada. Ello generó la rebelión huilliche de 1712, que fue brutalmente reprimida. En los años siguientes, y como fruto de las exigencias de los caciques huilliches, se dictaron nuevos reglamentos que suavizaron la situación de los indígenas. En 1780 fueron abolidas definitivamente las encomiendas chilotas, aún cuando se mantuvo la obligación de los indígenas de pagar un tributo directamente al rey.
La sociedad chilota del siglo XVIII estuvo sustentada económicamente en la exportación de madera al Perú. Su condición de territorio estratégico para la corona española, permitió que en 1767 pasara a depender directamente del Virreinato del Perú y que se fundara la ciudad de Ancud, cabecera militar de la isla. Por otro lado, Chiloé fue zona de misiones, primero a cargo de la Compañía de Jesús y, posteriormente, de los franciscanos del convento de Ocopa. Para facilitar el trabajo evangelizador, los jesuitas crearon un sistema de misión ambulante que recorría las islas del archipiélago y dejaba la actividad religiosa cotidiana al cuidado de los «fiscales», quienes quedaban a cargo de la comunidad hasta la próxima visita anual de los misioneros. Estos no se limitaron a evangelizar a la población de Chiloé sino también emprendieron expediciones a otros archipiélagos de la zona austral en busca de indígenas para convertir. Por otra parte, los misioneros también viajaron hacia el oriente de la cordillera de Los Andes en busca de la mítica «Ciudad de los Césares».
En 1826, y tras varias campañas militares de los patriotas que culminaron con la firma del Tratado de Tantauco, se produjo la anexión definitiva de las islas del archipiélago de Chiloé al territorio nacional.
fuente: Memoria Chilena
Datos de Chiloé
Gastronomía
La gastronomía de Chiloé, archipiélago del sur de Chile, es una cocina con características particulares dentro de la cocina chilena.
Se originó de la fusión de platos e ingredientes de la cocina mapuche con la cocina española y posteriormente ha recibido influencias de la cocina chilena y argentina, a las que también ha contribuido con varias recetas. Uno de sus rasgos sobresalientes es el amplio uso de la papa como ingrediente principal de casi todos sus platos, las que se preparan ralladas y mezcladas con harina o con papas molidas y para cada plato existe una variedad idónea por su sabor o consistencia.
Además se usan los mariscos y pescados que habitan el mar interior y la carne de los chanchos, corderos y vacunos que se crían en el campo. Las variedades de manzanas, procedentes de Asturias y Galicia, son pequeñas y usualmente muy dulces y ácidas; se usan para hacer chicha de manzana, empanadas y mermeladas.
Debido a su proximidad geográfica e historia común con la provincia de Chiloé, esta cocina es también tradicional en las zonas costeras de las actuales provincias de Llanquihue y Palena. Las posteriores migraciones de chilotes desde mediados del siglo XIX también llevaron estas preparaciones a las regiones de Aysén y Magallanes, en la Patagonia chilena.
Preparaciones
Platos
- Cancato: consiste en una preparación de pescado asado, que tradicionalmente consistía en abrir la carne del pescado con varillas sobre las brasas. Actualmente se da este nombre a una preparación que, independiente de su cocción, lleva distintos aderezos en el interior o sobre la carne del pescado.
- Cazuela chilota: hay dos platos con este nombre y ambos difieren sustancialmente de la cazuela chilena. Uno de ellos consiste en un caldo espeso de cholgas secas, papas y repollos, que puede tener además piures y otras verduras. El otro es una sopa con trozos de carne o vísceras de cordero, arvejas, luche y papas.
- Curanto: se prepara cavando un hoyo en la tierra en el cual se colocan piedras calientes, luego se le colocan los ingredientes tales como mariscos (almejas, cholgas, choritos, picorocos y, en algunas zonas, además, el piure), carnes (chancho, chorizos, pollo), papas, chapaleles y milcaos. Cada capa de alimentos se cubre con pangues (hojas de nalca). Finalmente se tapa todo con tepes o plástico para que se cocine al vapor aproximadamente una hora y media.
- Lloco o yoco: es el plato que se prepara durante el reitimiento o matanza del chancho. Consiste en carne cocida en la manteca, papas, sopaipillas, roscas y prietas. El nombre lloco alude originalmente a cualquier comida que se le lleva a alguien que no pudo asistir a una celebración, y da origen a la expresión «lloquear».
Panes de papa
- Chapaleles: se preparan con una masa hecha con harina y papas que se cuece en agua o en el curanto. La variante al horno recibe el nombre de tortilla de papa o cema.
- Chochoca: la preparación puede ser a partir de la misma masa que se usa para el milcao, o bien de la masa utilizada para la tortilla de papa. Se cuece asándola adherida a un madero cilíndrico. La cocción de la chochoca se hace tal como si se tratara de un asado al palo. A la masa suele agregársele chicharrones.
- Milcaos: se hacen con papas ralladas que son estrujadas hasta dejarlas secas, estas se unen a una cantidad de papas cocidas y molidas, formando una masa a la que le pone manteca y sal. Generalmente se le agregan chicharrones de chancho. Se forma con las manos un disco semejante a un pan y se cocina en el curanto, frito, al horno o en el agua.
Postres
- Chopom o chopón: consiste en una bola de chuño de papa humedecida, que luego se cuece sobre un brasero o estufa y que se va separando por capas. Estas capas se suelen acompañar de miel o mermelada. Se prepara tradicionalmente para la noche de San Juan.
- Huminta: También conocido como chapalele o chapalele dulce, es una preparación de harina de trigo, agua, y en ocasiones papa cocida, a la que se da una forma aplanada de rombo para luego ser hervida hasta que flota. Se sirve caliente acompañado con miel o azúcar.
- Mazamorra: esta se realiza sobre la base de manzanas o grosellas hervidas en agua y molidas o de sidra, a las que se agrega una mezcla de harina de trigo, o chuño de papa, y azúcar. En algunos casos, en lugar de harina, se coloca trigo tostado, molido en piedras de mano.
- Mella de papa: se prepara con papas pilcahues (que permanecen desde el año anterior en el suelo y por ello son dulces) ralladas y mezcladas con harina de trigo. Se cocina hervido, al horno o en curanto, en todos los casos envuelto en pangues. Una versión más fácil de encontrar utiliza papas de la temporada mezcladas con harina y azúcar refinada. En la comuna de Calbuco recibe también el nombre de chuañe o chuhuañe, y a su preparación se le pueden agregar pasas o dulce de membrillo.
- Rosca chonchina: Consiste en una rosquilla tradicionalmente asociada a la ciudad de Chonchi, y que se preparan con harina, huevos, manteca o aceite, azúcar y polvo de hornear.
Bebidas
- Chicha de cauchagüe (o cauchao): jugo fermentado en base de la fruta del árbol de luma. Su color es similar al del vino tinto.
- Chicha de manzana: jugo de manzana fermentado, usualmente a través del proceso de maja
- Licores
- Licor de betarraga: a base de betarragas cocidas en agua y aguardiente.
- Licor de oro: preparado a base de aguardiente, suero de leche y saborizantes. Es tradicional de la ciudad de Chonchi.
- Mistela de apio: licor a base de aguardiente, azúcar y apio. También recibe el nombre de apiao.
- Mistela de frambuesa: bebida hecha con aguardiente, azúcar y frambuesa.
- Mistela de murta: aguardiente, azúcar y murta macerada. También recibe el nombre de murtado o, en otras zonas del país, «enmutillado».
- Rompón: bebida elaborada a partir de aguardiente, leche, huevos y esencias.
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